La poca eficiencia de las instituciones mexicanas

En vista del fracaso de la publicación anterior, adelantaré mi nueva entrada.

Hace dos días mi mamá fue operada por una piedra en la vesícula en la clínica del ISSSTE de la ciudad de Cancún. La atención del personal (doctores y enfermeras, sobre todo) fue excelente. Me sorprendió ver un edificio tan pequeño para una ciudad con más de 600 000 habitantes, pero lo que más me sorprendió fue lo mal que siguen estando las instituciones porque el problema no fueron ni los doctores ni las enfermeras ni algún trabajador en especial, sino lo mal que sigue estando la estructura del ISSSTE en pleno siglo XXI.

Al entrar al hospital vi a la secretaria encargada de la recepción trabajando con una máquina de escribir. Y el colmo fue ver que las citas son programadas todavía en un pedazo de cartulina doblado que se le entrega al derechohabiente y en una hoja que se le queda a la clínica con los registros. Me cuesta trabajo creer que sigan haciendo sus citas de tal manera porque se presta a equivocaciones que pueden ocasionar el malestar de algún paciente, además de que se puede ser más eficientes con computadoras y programas que son especialmente para esta tarea.

Precisamente esa es mi principal queja: mi mamá fue citada a las 8 am y su desayuno fue a las 6 30 de la mañana, unos minutos antes de salir de casa hacia el hospital. La hicieron esperar por una cama porque resulta que no tenían disponibles. Lo más indignante fue que la operación fue programada a las 3 de la tarde y le dijeron que el cirujano (el único que había en ese momento) no podría hacerla porque tenía dos fracturas agendadas que son consideradas como urgencia. ¿Cómo es posible que programen dos actividades al mismo tiempo? ¿Por qué no cuentan con un cuarto especial para atender ese tipo de urgencias?

Esperó hasta las 5 de la tarde y fue a hablar con el director general, quien le explicó la situación de manera amable (insisto, el problema no fue el personal) y ofreció programar su operación a las 8 pm. Durante toda esa larga espera de más de 10 horas mi mamá no pudo comer ni beber agua porque antes de una operación es necesario ayunar. La alimentaron con líquidos hasta las 9 am del día siguiente. Si la operación sería pospuesta por unas urgencias, ¿por qué no avisarle a mi mamá con anticipación? Mientras estuvo padeciendo de hambre y sed más de 24 horas por culpa de la falta de personal y el método de programación de actividades que deja mucho que desear.

Este es sólo un ejemplo de que por más que se invierta en educación y capacitación, es necesario llevar a cabo una reforma estructural que haga más fácil las cosas para los mexicanos. No es posible que no se invierta en aspectos que son más que importantes para el desarrollo social de México y se siga usando inútilmente gran cantidad de recursos en, por ejemplo, campañas de candidatos que lo único que buscan es su propio beneficio. Ya contamos con profesionales preparados en los diferentes sectores de la economía, pero muy poco se podrá hacer si el obstáculo sigue siendo la metodología y los incentivos que el gobierno otorga.

Un saludo a quienes se tomen la molestia de leer este blog y espero sea de su agrado. Gracias por su atención.